miércoles, 14 de diciembre de 2011

Volvimos a la plaza, a luchar por esta Patria!

El pueblo vistió de gala nuevamente a esa Plaza de Mayo que es testigo de la historia. Miles de jóvenes bailaban, cantaban, reían, soñaban.
El Festival Patria Popular los esperaba con los brazos abiertos.
Venían de recorrer la ancha avenida que va desde el Congreso a la estación final de la alegría, ubicada allí sobre un escenario repleto de artistas populares.
Tenía que ser en la Plaza, frente a la Casa Rosada, muy cerca de Cristina.
Banderas, bombos y redoblantes le ponían ritmo a tanta algarabía.
Venían también de madrugar desde muy temprano y – luego de oír la jura y el discurso de la Presidenta ante la Asamblea Legislativa- marcharon sabiendo que era el Día de la Democracia y de los Derechos Humanos.

La Plaza de la historia

Siempre que uno entra a la Plaza de Mayo piensa en los días más alegres; como aquel 17 de Octubre en el que los trabajadores exigieron la libertad de Perón; o aquel 25 de Mayo festejando la lealtad y la vuelta del peronismo en el 73 con el Tío Cámpora, o la reciente victoria electoral del 23 de Octubre.
Pero nada es lineal ni casual cuando se escribe la historia.
En esa residencia de la alegría colectiva, cayeron las bombas de la reacción en junio de 1955 y más recientemente, las balas de la represión dejaron un tendal de muertos y heridos un 19 y 20 de diciembre del 2001.
En esa Plaza parieron su ronda las Madres y Néstor Kirchner apareció una noche cuando cientos de militantes resistían la ofensiva de Clarín, La Nación y aquella Mesa de Enlace que batía el parche de la destitución.
En esa Plaza, muchos se quedaron sin lágrimas los días y las noches que fueron a decir: “Gracias Néstor, Fuerza Cristina”.
Pero esta Plaza del 10 de Diciembre de 2011 era una Plaza especial.
Era la plaza de los que recuperaron el trabajo, de los que cobraron su jubilación y de los que por primera vez pueden estudiar, tener una casa y sentirse amparados por un Estado presente.
Era la plaza de la historia reafirmando que la alegría es parte de un nuevo paradigma de la participación política. Tal como diría Cristina uno minutos después: “Parecía imposible recuperarse de tanta derrota. Pero aquí estamos. Somos la demostración de que las convicciones, las ideas y el coraje político son las herramientas de un proyecto político para recuperar las banderas de un pueblo”.
Acá está, ya llegó!
Pasadas las dos de la tarde, más de 15 mil militantes de La Cámpora ingresaban por la Av. de Mayo, con el sol en la cara, flameando bien altas sus banderas, la voz casi ronca de tanto cantar y el corazón en la palma de la mano. “Cristina corazón, acá tenés los pibes para la liberación”, es ya un sentimiento y una convicción de esta nueva generación política.
La plaza –colmada de familias y diversas organizaciones sociales y políticas que aguardaban desde muy temprano- empezó a latir al ritmo de Kapanga y luego acompañó a Iván Noble con la canción que alude a la compañera por la que ese día el país se vistió de fiesta, Avanti morocha. Continuó con los artistas populares; Gustavo Santaolalla, Víctor Heredia, Teresa Parodi, Ignacio Copani, Bruno Arias, Los Alonsitos, Fena Della Maggiora y coronó con el himno nacional entonado por Charly García.
Ni los inclementes rayos del sol ni el calor pudieron frenar a los militantes que se preguntaban ansiosos si Cristina saldría a saludar. Todos quienes aguardaban ávidos sus palabras sabían que no era un día más, era la coronación de tanto esfuerzo y militancia, de tanto corazón, de tanto por venir.
Llora la derecha, los pibes tamos de fiesta!
Finalmente, la locutora anunció que sucedería lo que tanto esperaban y a la Plaza, el corazón se le escapó por la boca.
Allí apareció Cristina, contenta, bella y danzante. Sonrió, extendió sus brazos con sus infinitas manos en V y la Plaza volvió a latir y a flamear sus banderas. Los que estaban sentados se pararon, los que chapuceaban en las fuentes de agua se aquietaron, los que cantaban se tomaron un recreo y, pese al calor, se sumergieron en un profundo abrazo.
Entonces, la Presidenta coraje dijo: Hoy esta maravillosa Nación tiene la inmensa suerte que a diferencia de lo que ocurría en otras épocas y de lo que pasa en otros lugares del mundo, los jóvenes se convocan a las plazas con alegría y agradecimiento”. Y agregó que muchas veces había estado en plazas“donde no podíamos gritar consignas, porque mucha gente venía nada más o tal vez la traían. Pero yo siento que cada uno de los hombres y mujeres, de los jóvenes que están hoy aquí, están por que quieren. Ustedes no saben el valor que tiene eso para la construcción democrática”.
Un pibe sentado en el regazo de su madre gritó entre alegre y emocionado: “Mamá, nos está hablando a nosotros!”.
Tenía razón Néstor; Cambio es el nombre del futuro.
Y el futuro llegó para quedarse.

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